Un año más, continuando con la tradición, nos pasamos por la Feria del Libro de Madrid. Sin prisas, disfrutando del paseo. El niño se vuelve loco en El Retiro. Esta vez le tocó el turno a las barcas, los peces y...: las palomas. Los libros, lo de menos, como era de esperar; demasiadas cosas nuevas que disfrutar. Él, con tener un cuento (bueno, alguno más) sobre la mesilla a la hora de dormir tiene suficiente y eso de comprarlos carece de sentido. De todas formas, no ha escapado mal:
El monstruo de las palabras ha sido todo un éxito: aún no habíamos trabajado las emociones así que nos ha venido genial. Las que más le llaman la atención son la rabia y el miedo; me imagino que son las que identifica mejor. De hecho, hace unos días ha empezado a verbalizar el miedo...
El otro libro, Versos de fantasía, tan solo lo hemos hojeado pero creo que nos gustará: un poema para cada letra del abecedario.
En cuanto a los papis, tampoco nos podemos quejar:
¡Ya tengo dónde elegir este verano!